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John Hilton-O’Brien

El verdadero mal de la sociedad es el marxismo que se enseña en la escuela

La cultura anglosajona, forjada a lo largo de siglos de conflictos, se ha vuelto experta no solo en la violencia, sino también en su canalización hacia fines legítimos. Shakespeare exaltaba a reyes guerreros como Enrique V y a su «puñado de hermanos» en Agincourt. Siglos después, Churchill —que unió a Gran Bretaña frente a la Alemania nazi— destacaba el poder de las palabras breves, y “war” (guerra) es una de las más contundentes del inglés. La violencia, en sí misma, no es necesariamente mala: el problema surge cuando se ejerce sin dirección o sin disciplina.

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